El diario “El Pueblo” fue fundado el 1° de abril de 1900 por iniciativa del padre redentorista Federico Grote (Munster, Alemania, 16 de julio de 1883 – Buenos Aires, Argentina, 30 de abril de 1940), como un boletín de los “Círculos de Obreros”, creados a su vez por el padre Grote a partir del 2 de febrero de 1892, con el apoyo de monseñor Juan Agustín Boneo y los presbíteros Antonio Rasore y José Américo Orzali.
Si bien se trataba de un diario católico, al igual que los “Círculos de Obreros”, se evitó hacer cualquier referencia religiosa, según afirma la investigadora del “Conicet” Lida Miranda, que se parecía más a un diario faccioso.
A pesar de venderse a un precio inferior que los demás diarios de principios del siglo XX, “El Pueblo” no recibió el apoyo esperado por la falta de avisos publicitarios, suscripciones y difusión, tal cual publicaran sus directores y patrocinadores, monseñor Santiago Martín Ussher, capellán de los irlandeses, sacerdote Juan N. Kiernan, e Isaac Ruperto Pearson, en la “Revista Eclesiástica” del arzobispado de Buenos Aires del año 1906.
Es así que monseñor Antonio Rasore, responde al llamado de los directores, ingresando a finales de 1906 al directorio del diario “El Pueblo”, logrando hasta su retiro en 1917, aumentar hasta ocho el número de páginas, adquirir una máquina rotativa, varias linotipos, llegar a siete mil suscriptores, y formar parte de la “Comisión Administrativa de la Obra del Gran Diario Católico”, que llevara a la práctica la “Asociación Católica”, según el canónigo honorario y periodista Manuel Juan Sanguinetti.
Desde principios de la década del 20 comenzó la época más importante para el diario “El Pueblo”, con la incorporación de servicios de información telegráfica internacional, crecimiento de la planta de redactores, la utilización de la electricidad en lugar del gas como fuente de energía y un significativo crecimiento de los avisos publicitarios, convirtiéndose en un diario modernizado y popular para competir con “La Prensa”, “La Razón” y “Crítica”.
En 1923 se incorporó al directorio José Sanguinetti, hermano de Manuel Juan Sanguinetti, comenzando este último su carrera de escritor al distribuirse con el diario sus artículos y libros.
Si bien monseñor Antonio Rasore ya se había retirado del directorio, siguió colaborando con el diario “El Pueblo”, pues en 1928 participó económicamente con la “Gran Cruzada pro Diario Católico El Pueblo”, logrando recaudar más de $ 160.000.- moneda nacional, con lo cual se pudo adquirir una rotativa cuádruple, cinco linotipos, aumentar a 16 el número de páginas y mudarse a una nueve sede en la calle Piedras, aunque no pudo asistir al año siguiente a la inauguración, debido a su estado de salud, pues en noviembre de 1926 sufrió un ataque de hemiplejia.
No obstante, poco antes de su deceso ocurrido el 7 de julio de 1929, monseñor Antonio Rasore, a través de su publicación la revista “La Buena Lectura”, saludó al diario “El Pueblo” al cumplirse treinta años de su fundación.
También donó sus diez acciones de $ 500.- cada una, para disminuir el pasivo del diario, pero dicha donación no fue aceptada, pasando entonces a sus sucesores.
Finalmente, luego de su fallecimiento, el 11 de diciembre de 1929, se colocó su retrato en la recepción de las oficinas.
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